Acciones de arte en el espacio público

La elección de la calle y los espacios  públicos para el desarrollo de la propuesta  tiene por objetivo conducir la obra hacia las dimensiones vivas de una totalidad social.  La elección de la vía pública, de la ciudad, o del paisaje social, se presenta como un escenario de transito y producción de la obra, la que accede hacia una temporalidad móvil asumiendo la «No existencia de establecimientos, la No – estabilidad, la No – casa».

El acto de recurrir a esta dinámica extendida fuera de las salas de arte, como una lógica del auto – destierro o desarraigo, implicaría  un despliegue social que enfatiza un rol comunicacional mayor en la obra, reconociendo su  razón de producto de comunicación y no de mera mercancía cultural o fetichista  sujeta a las leyes fijadas por ideologías estatales del momento o formas  del lucro comercial privado. Es desde esta coyuntura o fricción, que la obra  se instaura como una postura crítica reflexiva   frente al  contexto institucionalizado de las artes, siendo pensada y accionada al filo de las exclusiones y discriminaciones, en donde  el circuito del arte «culto» desprecia y castiga a su otro.

Como consecuencia de este modo de acción y contexto, los dispositivos que permiten registrar y testimoniar sobre estas acciones,  como la fotografía, el video y la escritura, serán los factores técnicos que extenderán la obra hacia otra órbita de lo público y social, atingente al  espacio  globalizado de los  medios masivos  como  internet, e  imágenes de prensa periodísticas.